miércoles, 13 de julio de 2011

¿Para qué?, si así estamos bárbaros

Con el diario del lunes es muy fácil decir que la campaña del Frente para la Victoria estuvo mal encarada. Todos sabíamos que Mauricio Macri iba a ganar, pero ni el triunfador ni el derrotado, ni los medios afines a unos y otros, y las encuestas encargadas por cada sector pudieron prever tal paliza que hace que al cierre de esta edición muchos hablen de una innecesaria segunda vuelta, de la que Filmus dijo que no se piensa bajar.


Una de las frases repetidas por el derrotado senador era que en la elección se ponían en juego dos modelos de Ciudad: el nacional y popular, y el del neomenemismo del marketing y la no gestión. La mitad del electorado que le da asco a Fito Páez eligió la segunda opción. Para ser sinceros hace falta un buen estudio sociológico, político y semiótico para poder entender qué es realmente lo que “la gente” votó, y como no poseo los conocimientos necesarios solo me animo a un intento de reflexión.

Sin dudas el voto anti kirchnerismo sumó mucho; la Capital del país siempre fue reacia al peronismo y las recientes publicidades del Fútbol para Todos sobre que “en la Ciudad la Nación también crece” no alcanzan para romper con esa tradición, porque el rol de “autónomo” es lo que el ciudadano quiere.

La idea de Filmus de unir a la Ciudad con el proyecto nacional es lo que genera el rechazo de quienes sufren la inflación, los cortes de calle, ven una pose de no represión, y anhelan una política seria de seguridad al margen de puros descabezamientos de las fuerzas. “Si así gobiernan el país no los quiero en mi barrio”.

Macri ganó en Villa Lugano, en donde fueron las tomas de predios como el Indoamericano. El “enano macrista” del que habla la Revista Barcelona –léase fascista-, fue a las urnas y puso su voto. Porque ese mensaje de “inmigración descontrolada”, que el jefe de Gobierno lanzó en pleno conflicto, no sólo apuntaba a las clases medias, sino también a los pobres que conviven en las villas con los inmigrantes.

Quizás lo más preocupante sea el triunfo de la no política que representa Macri. O mejor dicho de la nueva política, esa de empresarios con plata que prometen buena administración, gestión y se hacen fuertes a puro marketing para generar aquella vieja idea de que no va a robar porque plata ya tiene. A Filmus, y el gobierno que representa, se lo puede criticar y atacar por todos los flancos, y muchos están relacionados justamente con las banderas que dicen defender pero que no tienen correlato en la realidad.

Cuando Macri dice que la pobreza no tiene ideologías tiene razón. Lo que no dice es que esa pobreza es causa de políticas, de gestiones con las que él está de acuerdo. Las soluciones a esa pobreza sí tienen ideología, y la UCEP de su gobierno dio claras muestras de eso al reprimir a la gente en situación de calle. Macri prefiere no hablar porque no tiene qué decir y corre el riesgo de salirse del libreto escrito por Durán Barba (qué sería del Pro si no fuera por él).

El “venimos bien” busca articular en el electorado la idea de estabilidad, y ese es otro de los puntos por los cuales ganó. La persona que no tiene definido su voto y no pasa una mala situación prefiere continuar con lo que está, sin plantearse si está de acuerdo o no con la propuesta (si es que la hay). Muchos votos fueron a Macri por descarte: anti K por un lado y otros que desconocían o veían demasiado zurdo (algunos ni sabrán de su pasado peronista) a “Pino” Solanas.

O el porteño es poco exigente o tan vago que no es capaz de interpelar una gestión. Una de las primeras promesas de Macri en la campaña anterior fue no subir los impuestos, lo primero que hizo al asumir. Sí cumplió con la Policía Metropolitana, aunque la haya usado para espiar a opositores y familiares, hoy esté procesado por eso, y haya nombrado a un ex comisario involucrado en la causa AMIA para dirigirla. Pero como si esto fuera poco, debo decir que, al menos en mi barrio, no se los ve. A lo mejor están en la otra mitad de la Ciudad, y por eso lo votaron.

No se hicieron los hospitales, ni las escuelas –tampoco se arreglaron las que estaban-, pero sí las bicisendas, el metrobus, y los contracarriles. Las prioridades del actual gobierno pasan porque Buenos Aires se vea europea, no porque alcance niveles sociales que la asemejen a otra capital mundial. Así como le vendió las plateas de Boca a los turistas, quiere hacer lo mismo con la Ciudad.

Finalmente uno de las obras no realizadas más destacadas es la de los subtes (aunque la no ejecución del presupuesto de vivienda quizás sea más relevante). Macri quedó preso de sus palabras una vez más y se consideró un idiota por no poder hacer 15 kilómetros de subte por año. La excusa es que el Gobierno nacional no lo ayudó a acceder al crédito del BID necesario para las obras. ¿Echarle la culpa a otro no es evitar admitir la propia? Si Macri no puede resolver eso es que no puede gestionar. Si Cristina dijera que Obama no le da plata o que Brasil le pone trabas dirían que es incapaz.

Podría gastar caracteres hablando de los patetismos de Ricardo “pisoteo mi apellido” Alfonsín, Elisa “fuimos tercera fuerza” Carrió y lo que quedó de Eduardo “la crisis causó dos nuevas muertes” Duhalde; todos colgados de Mauricio, pero ya ni vale la pena, sus números en la elección lo demuestran.

Al parecer para la segunda vuelta sí habrá debate, ese al que Macri temió y al que Filmus no quiso ir por “convicciones”, que a las pruebas me remito, fueron erróneas. Macri no puede articular dos palabras fuera de lo que le escriben, y podrá correr a Filmus con los muertos que el kirchnerismo esconde en el placard –algunos literalmente-, pero tendrá que hacer al menos una propuesta y explicar por qué no cumplió las que ya hizo.

Filmus intenta por todos los medios empezar a revertir la imagen que lo pega a Cristina –como si a esta altura fuera posible- y sumar algún voto aliado que difícilmente consiga. Si enfrenta a su oponente en lo discursivo va a tener que aprovecharlo bien, tirar con artillería pesada y hacer valer su retórica académica sin que su falta de carisma duerma al televidente. Como parecen haberse dado cuenta, tiene que hablarle al porteño que vota en julio y no al futuro votante de octubre.

Hace bastante tiempo atrás en este espacio comparaba a Macri con Berlusconi. Y la verdad que pensarlo hoy cuatro años más como jefe de Gobierno me genera bronca. Es tan complejo el porteño que vota a Macri como jefe de Gobierno pero cortando boleta y metiendo a legisladores del Frente de Izquierda. Soy de los que piensan que ningún político cumple lo que dice, pero creo que en esa promesa –o mentira- está la posibilidad del pueblo de realizar su juicio, de ver hasta dónde llega la mentira. Si un tipo demostró que no cumplió, si no tiene propuestas porque a pesar de ser político no tiene ideología, ¿para qué seguir así?

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lunes, 30 de mayo de 2011

No Fito, baires no es Madrid

Desde distintos medios, sobre todo desde los oficialistas, se intentó establecer un paralelo sobre los acampes en España con los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001, como si las situaciones fueran las mismas. Como primer punto se me ocurre pensar que los motivos, si bien de fondo pueden ser parecidos en cuanto una exigencia al poder político de justicia social, parten de lugares distintos y sobre bases distintas. Es cierto que España sufre una crisis producto del “capitalismo”, pero el mundo –salvo escasas excepciones- es capitalista, incluso Argentina, lamento decírselos. El gran estallido en 2001 se debió a la confiscación de los ahorros de la clase media, que una vez en la calle se vio protestando junto a los más desposeídos, que antes veía por la tele mientras saqueaban supermercados. Una vez pasado el horror, el piquete y la cacerola ya no fueron uno, y las asambleas de barrio caducaron. La consigna era que se vayan todos, casi como un pedido extremo de expresión libertaria, pero se quedaron todos.

En Madrid las consignas remiten mas a un Mayo del 68, y son puntuales: democracia real ya. El nivel social y el rol del Estado en Europa es distinto al local, no se trata de la típica comparación de que afuera todo es mejor, pero el reclamo es otro: no es que les devuelvan la plata del banco, y no porque en España no haya desigualdad, sino porque el piso es otro. “Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro”, dice uno de los puntos del manifiesto, me parece que la diferencia está a la vista. Esa proclama aquí –como también pasa allá-, sería vista como un panfleto izquierdista, y no como algo lisa y llanamente sensato.

La memoria argentina es muy volátil: Aníbal Fernández era ministro de Duhalde, uno funcionario y otro candidato actualmente. Tipos como Macri fueron los que vinieron a “renovar” la política. Kirchner se abrazaba con Menem y regalaba el petróleo de Santa Cruz. Es curioso que los argentinos reivindiquen la manifestación en España cuando hasta hace muy poco tiempo en la 9 de julio había un acampe de la comunidad Qom que reclamaba cosas mas o menos parecidas –“derechos básicos que deberían estar cubiertos”-, dicen en España-, e incluso mas factibles, puntuales y concretas, y sin embargo fueron largamente ignorados.

Estaría bueno que el Gobierno avise a partir de cuando se le puede exigir igualdad social, distribución de la riqueza, salud, educación, seguridad, etc. Los primeros 4 años había que arreglar el desastre que habían dejado el menemismo y la Alianza; los segundos cuatro había que poner en marcha el país; ¿entonces 4 años más mostrarán los frutos del crecimiento económico sostenido que nos salvó del caos mundial? El poder político se refugia constantemente en el lugar común acuñado por los yankees en la frase “no me culpes, yo sólo trabajo aquí”. Ellos siempre tienen una pesada herencia que levantar, sean del partido que sean.

El interesante artículo de Martín Caparrós censurado por Newsweek planteaba la disyuntiva de la Presidenta de ser candidata o no, en esos términos: un nuevo período la condiciona a tener que cumplir con sus promesas o a que vuele todo por los aires. ¿Que hacemos con Moyano, la inflación, la seguridad? Los derechos humanos como política de Estado son una sabia decisión, al igual que una ley que intente (porque por ahora solo agregó nuevos integrantes al oligopolio), democratizar los medios. Por más fuerte que pueda sonar, en algún momento Cristina va a tener que sacarse el traje de viuda, ¿y desde ahí qué? Siguiendo la línea de Caparrós, el hecho de que de la decisión de una persona sobre su futuro, dependa el futuro del país, es poco serio. Si no hay Cristina no hay Frente para la Victoria, no hay plan B como dijo el senador Pampuro, porque Scioli no es lo mismo.

¿Y desde enfrente? ¿Qué opción hay? Solanas y Macri metieron el rabo entre las piernas y se quedaron en la Ciudad, como para ver si desde ahí pueden, en un caso acceder al poder de una vez por todas, y en el otro quedarse con lo único a lo que puede aspirar sin apoyo del peronismo. ¡Ah pero falta una opción! La carta radical. ¿Se acuerdan que tenían como tres candidatos? Bueno quedó uno solo, el pobre Alfonsín que vendiendo el parecido con su padre aspira a generar confianza y ganar votos, pero como ni siquiera con eso le alcanza quiere sumar nada mas ni nada menos que a De Narváez, un ¿peronista? que el único atributo que tiene en su carrera política es haberle ganado a Kirchner en la elecciones legislativas, claro que con el apoyo de Duhalde. Ah, ¡Duhalde! Bueno, no hay mucho para decir: ya adelantó que va a cambiar la ley de medios, quiere ser el presidente del orden (las familias de Kosteki y Santillán recuerdan muy bien como pone orden Duhalde), más cárceles, etc.

Mientras escribía esto minimicé la pantalla y en otra ventana me aparecieron unas declaraciones de Carrió, la todopoderosa Elisa Carrió. “Binner no existe”, dijo la diputada casi como podría decirlo el ex arquero José Luis Chilavert. Carrió está rodeada de gente que labura, y quizás muchas de las denuncias que hace sean ciertas. Pero su soberbia, sus formas y su inconsistencia política la relegan a ser una más del montón. Ella, que esgrime como mérito haber sido la tercera fuerza en no me acuerdo ya que elección, ningunea al gobernador de una de las provincias más importantes del país, que acaba de obtener un fuerte respaldo de la gente en una elección interna en la que triunfó su candidato. Creo que eso define bastante a Carrió. Y Binner, bueno, no tiene chances de ganarle una elección al oficialismo, pero si decide dar la batalla es preferible hacerlo al frente que detrás del escudo de la UCR. Si será cachivachesco el sistema político argentino que si Cristina hoy tuviera que dejar su puesto por X motivo el que queda como presidente es ¡Cobos!

¿Que pasaría si lo jóvenes que no somos de La Cámpora –porque los hay eh- hoy nos instalamos en la Plaza de Mayo y exigimos una democracia justa en la que la gente no se muera de hambre en la calle; y exigimos trabajo, salud y vivienda decentes y no migajas de las sobras del poder político económico? ¿Sería hacerle el juego a la derecha? La vara con la que se miden las cosas desde algunos sectores no es para todos igual. ¿Ya se acabó el temita del trabajo esclavo? ¿O es que ahora hay que ocuparse de otros temas como reavivar la causa de las escuchas de Macri?

En algún momento las excusas se acaban, en España la gente salió a pedir explicaciones y a decirles a sus gobernantes cómo tienen que ser las cosas. La esperanza es que la propuesta se transforme en acción, que finalmente puedan ejercer sus derechos y que el espíritu no se diluya como pasó en Argentina. Cambiar la estructura política de este país es todavía más complejo, tiempo hay de sobra, pero algunos tienen más urgencia que otros, y a veces, se cansan de esperar.

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martes, 26 de abril de 2011

Pancho como ladrón por Sarandí

La semana pasada me encontré con el mail de un amigo avisando que lo habían asaltado, y pidiendo, como es habitual en estos casos, que le pasáramos el número de celular y diéramos de baja el suyo. Como en el correo decía que lo habían golpeado un poco, lo llamé para ver que tan fulera había sido la cosa, y cuando me contó, otro hecho se me vino a la mente encendiendo ese motorcito en mi cabeza que me hace ser un tanto desconfiado de algunas cosas.



Era el mediodía del martes pasado y mi amigo se encontraba caminando por el barrio de Sarandí, a una cuadra de la avenida Belgrano y dos de la calle Madariaga, dos arterias transitadas de la zona. A cuatro cuadras está el hipermercado Coto, con lo cual la zona no es un paraje recóndito del estigmatizado conurbano bonaerense. La modalidad del robo fue bastante común: dos tipo en moto, uno se baja, mi amigo se aviva y corre, cuando lo tiene cerca se planta, piñas van, piñas vienen, le sacan la mochila y se van. Acto seguido, los vecinos acuden a asistir al asaltado. ¿Qué le falta a la obra? Sí, acertaron. La presencia de algún efectivo policial.

Es cierto que mi amigo, como muchas de las víctimas, no fue a realizar la denuncia –quizás porque su prioridad fue ir a un hospital, en el que, de yapa, al salir vio a los ladrones comprando una Coca-, pero el dato sorpresa es que la comisaría 4º de Sarandí está a solo tres cuadras de donde pasó todo esto, en la calle Lujan Nº15.

Después de enterarme dónde pasó todo me vino un recuerdo de fines del año pasado –lamento no poder precisar la fecha- en el que yo mismo transitaba un sábado a las nueve de la noche por las calles Prudan y Brandsen, a tres cuadras de donde asaltaron a mi amigo. Vi como un auto gris de vidrios polarizados pasaba, tres o cuatro pibes se bajaron, le robaron el buzo que tenía puesto y alguna cosa más a otro que venia caminando, se subieron y se fueron. Así de simple. Y otra vez a escasas cuatro cuadras de la comisaría 4º de Sarandí.

Una vez activado mi sistema de desconfianza me puse a buscar algo de información de este destacamento de la policía bonaerense, y me encontré con algo que al menos es llamativo. El 14 de marzo de 2010 un delincuente de 26 años terminó muerto al enfrentarse a los tiros con la policía luego de un robo y persecución de una camioneta en el partido bonaerense de Monte Grande, y que concluyó en la vecina localidad de Lavallol, “informaron las fuentes policiales”. ¿Qué tiene de raro? Resulta que el tipo se había fugado el 13 de febrero de una comisaría donde había ingresado “detenido acusado de robo calificado en poblada y en banda”. ¿A qué no saben que comisaría era? Acertaron, la 4º de Sarandí.

Ya entrado en el tema me acordé que la localidad originaria del club Arsenal, en diciembre del año pasado, fue noticia no por los logros deportivos del cuadro del viaducto sino por el resonante caso del asesinato del profesor de música Norberto Moleta, cuando le robaron el auto con sus hijos adentro. Ese episodio ocurrió en Solier, entre Ortiz y Anatole France, a aproximadamente veinte cuadras –y perdón por ser reiterativo- de la comisaría 4º de Sarandí.

Ok, el clima social está tenso, hay muchas desigualdades, jóvenes sin oportunidades, etc. No desconozco cómo se generan la pobreza y la marginalidad que conduce a la delincuencia. Ahora bien, o los tipos andan con una impunidad digna de un personaje de película o están tranquilos porque saben que en esa zona no les pasa nada. ¿No es arriesgado robar a tres cuadras de una comisaría a plena luz del día? Uno pensaría que al menos existe la posibilidad de cruzarse por casualidad con un patrullero que se dirija a la comisaría. Sé que hubo casos todavía más impensables, incluso pegados a una comisaría. Pero la situación da para que al menos el comisario de la 4º, Raúl Díaz, o el Jefe Distrital Avellaneda- Lanús, comisario Inspector Jorge Bonino, que organizan jornadas sobre seguridad con los vecinos, den alguna respuesta antes de que vuelvan a ser noticia por algo para lamentar.

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martes, 29 de marzo de 2011

Arrancó la temporada 2011 de circo mediático político

¡Ay! Que difícil tratar de escaparle al blanco y negro que imponen, o intentan imponer, desde el poder los políticos y los grupos económicos que, oh casualidad, son dueños de medios. Investigaciones de la Justicia, amenazas de paro, libertad sindical vs. libertad de expresión (y de empresa), elecciones sospechosas, alianzas contradictorias y un sinfín de coloridas historias: comenzó el año electoral en la Argentina.


Ni una película de Steven Spielberg, ni un show de U2 o un acto del Cirque du Soleil están a la altura de las puestas en escena y los espectáculos que un año como este 2011 pueden llegar a depararnos. El “ataque” perpetrado al matutino Clarín que impidió su circulación tiene varias aristas de las cuales algunas están en discusión y otras no tanto. A esta altura del enfrentamiento entre el Gobierno y el multimedio de Noble Herrera parece poco astuto darle de comer a todo el arco anti k con una medida tan tonta como un bloqueo, pero por otro lado, la huelga o este tipo de medidas son realizadas por trabajadores en distintos rubros, sin que a nadie se le ocurra convertir el tema en una catástrofe.

Si de trabajadores de prensa se trata –como también en empresas de informática o comida rápida-, la libertad sindical no existe, o existe solo en un sentido platónico y no empírico. Esto –y hablo por experiencia propia- sucede tanto en grandes multimedios como en pymes periodísticas. El hecho de que la gente no haya podido leer el Clarín el domingo es una lesión a la libertad de elección, pero no de información, porque hay otros medios para informarse, y hoy Clarín esta en la calle, no está proscrito. Si de libertad de expresión se trata los periodistas de Clarín deberían poder ser libres de escribir lo que quieran, como por ejemplo los análisis de ADN de los hijos de la dueña de la empresa.


La medida se hizo contra una empresa, no se permitió que difundiera su producto, no contra los periodistas. Es sabido que las formas que el poder –sea político, militar, policial, gremial o empresario-, tiene de “apretar” –como Clarín lo llama- son otras, no bloquear un camión. Es menos conflictivo amenazarte de muerte a vos y a tu familia que hacer algo tan notorio como impedir la circulación. Quienes hoy se rasgan las vestiduras no se vieron tan preocupados por el asesinato del periodista de Mundo Villa TV, Adam Ledezma.


La patética “oposición” política sale a aprovechar la volada de una manera muy triste reclamando la acción de la ministra de Seguridad mediante la Policía Federal, y quiere pedirle explicaciones por no ordenar la represión del corte, pero no actuaron con la misma severidad para pedirle al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, responsable de la Federal cuando asesinaron a Rubén Carballo, que explique qué fue lo que pasó; y la misma comisaría hoy es responsable por la muerte de un hincha de San Lorenzo.


La explicación de la actitud de legisladores como Silvana Giudici (UCR), Patricia Bullrich (Coalición Cívica) o Gustavo Ferrari (Peronismo Federal), está en el rédito mediático que obtienen de hacer declaraciones de ocasión. Ser amigos de los multimedios como Clarín y La Nación les garantiza rotación y entrevistas complacientes en un año electoral. Si lo mismo ocurriera –como debe ocurrir-, con algún diario independiente del interior del país el revuelo no sería el mismo. Clarín tiene poder, y los candidatos saben –como lo sabía Néstor Kirchner- que es mejor tenerlo como amigo que como enemigo.


El grado de hipocresía tiene su máxima expresión en Francisco De Narváez. El diputado y empresario colombiano posee un diario y es accionista del canal de televisión América 2, en el que el programa “Tres poderes” fue levantado luego de una incisiva entrevista al legislador del Peronismo Federal. Así y todo en el día de hoy se lo podía ver reivindicando la libertad de expresión. Y no solo son los dirigentes de la derecha los que dan vergüenza, otros que se asumen como centro izquierda, como es el caso de Fernando “Pino” Solanas, salen a hacer declaraciones sin siquiera estar al tanto del tema por estar llegando de un viaje, y encima después habla de “censura”, en una época en que los medios publican cualquier barbaridad sin siquiera ponerle una firma a la nota. El afán de protagonismo puede más que la responsabilidad que un dirigente debe tener frente a la sociedad.


Si de censura y libertad de expresión se trata, los legisladores debieran ocuparse de sancionar una ley que prohíba el otorgamiento de pauta oficial según afinidades políticas, pero ni en eso pueden acordar. O quizás se hubieran interesado en perfeccionar el proyecto sobre Papel Prensa impulsado por el Gobierno. ¿Cuántos de estos legisladores se encargaron de investigar por qué se produjo el cierre del diario Crítica? Les preocupa que la ministra Garré no cumpla una orden judicial de desalojar el bloqueo pero no prestan atención a las trabas que la misma justicia impone a una norma sancionada por la casa que representan, como es la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.


El periodismo se ganó el mote de cuarto poder por su capacidad de influir en el ánimo social. La actual “sociedad de los medios masivos de comunicación” amplió ese panorama brindando la oportunidad de informarse por otros canales, y a la vez dio lugar al bombardeo (des)informativo. Los multimedia como Clarín coparon diarios, revistas, radios, televisión, cable e internet, y desde ahí venden productos de sus socios comerciales, ya sea mediante publicidades o dando “noticias” que respondan a sus intereses. Ante esto, presenciamos el surgimiento de un multimedia de oposición, lanzado por el Gobierno y sus empresarios amigos. Incluso, más listos que el viejo monopolio, se lanzaron a conquistar nuevos espacios con los llamados “blogueros K”.


Nadie va a esperar que Nelson Castro haga un informe sobre la identidad de Marcela y Felipe Noble de Herrera, así como nadie se lo imagina a Orlando Barone admitiendo que el Gobierno no le puede soltar la mano a Hugo Moyano porque le para el país. La objetividad no existe, y por eso es importante la sinceridad, y la honestidad.


Las chances de que esto cambie en el corto plazo son nulas, por eso es importante que la sociedad desarrolle la capacidad de nutrirse de los distintos relatos para poder construir una visión propia de la realidad. Es más trabajoso que mirar las galas de Gran Hermano o twittear con el Blackberry nuevo, pero a la larga es más beneficioso para todos. Los invito.

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sábado, 12 de febrero de 2011

…Y nos quejamos de Gran Hermano.

No es que yo sea un perseguido y vea conspiraciones por todos lados, no es cuestión de paranoia. Me gusta más atribuírselo a mi profesión. “Ese tipo no es un vecino, esto está re armado”, le dije tiempo atrás, no tanto, dos meses, cuando se desarrollaba el conflicto del parque Indoamericano. Ella no me quería creer, hasta que lo escuchó y me dio la razón. El viejo que hablaba por TN fogoneaba el clima y tiraba bosta al gobierno, y no me acuerdo exactamente qué dijo, pero se veía la mano de Duhalde. Hoy presenciamos la respuesta a aquella operación: Venegas, el campo, Oyarbide, el Gobierno y Duhalde.


Mi alarma de conspiraciones se encendió de nuevo hace poco, cuando en 6,7,8 le empezaron a dar manija al informe publicado por Página 12 sobre trabajo esclavo en la multinacional Nidera, y que como responsable de los trabajadores rurales venía a caerle encima al líder del gremio Jerónimo “Momo” Venegas. “Esto es una movida para pegarle a Duhalde”, dije, y a la semana la revista Veintitrés XXIII me dio la razón publicando en tapa a Venegas y Duhalde juntos. No es que uno sea re astuto, pero a veces la gente en su mundo no advierte estas cosas y me parece bueno traerlo.

El tema del trabajo esclavo es denunciado por la Afip, y no es un invento para que los medios dirigidos por el Gobierno tengan algo que publicar. Es tan cierto como los talleres clandestinos que operan en la Ciudad de Buenos Aires o los asesinatos de la mafia china, que ninguno de mis colegas parecen tener ganas de investigar, y eso que como se ve cuentan con los recursos suficientes. A propósito, ¿qué pasó con la represa de Ayuí Grande necesaria para el emprendimiento arrocero propulsado por el Grupo Clarín que tanto preocupaba al Gobierno?

El juez Oyarbide ordenó la detención de Venegas sin siquiera informar por qué lo hacia, mientras que el ex superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli, con varios procesamientos sigue en libertad. Y el pobre “Capa”, quien fuera recaudador de la campaña de Cristina Fernández, hoy es rechazado por los dos Fernández, tanto Alberto (ex jefe de Gabinete) que lo acercó al Gobierno, como Aníbal, actual jefe de Gabinete y que quiere despegarse a toda costa. Pero al final, ¿todos formaron parte del mismo gobierno, no?

Del otro lado, Eduardo “carmelita descalza” Duhalde, se puso uno de los trajes (small) que más le gusta: el de víctima. Claro que hay que darle la razón (mal que nos pese), porque la campaña mediática en su contra lanzada desde los medios oficialistas es muy burda, y a parte el ex presidente de conspiraciones y boicots algo sabe, si no pregúntenle a Chupete. Otra curiosidad es que el candidato a “presidente del orden” haya permitido que para pedir la liberación del “Momo” se hayan cortado rutas.

Atrás del cabezón el arco opositor aprovechó para pegarle a la “viuda negra”, como bautizó tan respetuosamente la senadora puntana Liliana Negre De Alonso a la Presidenta de la Nación. El Pro, la UCR, y la Coalición Cívica se despacharon en contra de los manejos mafiosos del gobierno y se quejaron de la falta de independencia de la Justicia, la misma que parece no molestarles cuando concede medidas cautelares a Clarín y frena la Ley de Medios aprobada por el Congreso Nacional. La pobre pronosticadora Carrió debe estar lamentándose de haberse perdido el show por estar de campaña por EEUU. Tanto, tanto revuelo armó la detención de Venegas que hasta el pobre de Moyano tuvo que reunir a la CGT para tranquilizarlos y avisarles que con ellos “no hay drama”, digo, para emitir un comunicado denunciando la “persecución al movimiento obrero”.

Los ciudadanos quedan en medio de esta lucha entre “peronistas”, pero que no se remite solo a un ámbito de discusión política. Unos tienen el apoyo de los grupos económicos que utilizan sus multimedios, los otros usan el poder estatal para el combate, y hasta el poder que debería ser el más independiente queda manchado. A veces tendemos a pensar en elegir un mal menor, y en casos extremos es una opción válida, aunque después no salga bien. Pero otras no pasa por resignarse y aceptar, hasta octubre quedan varios meses y recién se están jugando las primeras cartas. Aunque parezca más divertido ver qué tan garca o no es Cristian U (¡!), hay cosas más importantes y que pueden ser igual de entretenidas, y lo mejor es que el sexo está asegurado!!




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miércoles, 19 de enero de 2011

Todos Somos Raros

Primero tengo que admitir que pasé toda una tarde riéndome de ese texto tan mal escrito, y no es que uno sea Shakespeare, pero esa chica parece vivir en un mundo de fantasía en el que –a juzgar por comentarios de su “página oficial”-, nadie se atreve a decirle que eso está mal, y no desde el punto de vista creativo, sino desde la mera lógica y técnica. Pero no se trata sólo de un texto, me hace pensar en cómo nos vemos y cómo elegimos mostrarnos al mundo. Evidentemente ella está tan feliz con su producción como para darla a conocer, ¿entonces por qué alguien tendría que robarle esa felicidad?

El mundo está lleno de parámetros impuestos, y no me interesa discutir sobre estereotipos sociales, o corrección política. Acordamos que del aspecto físico de una persona no dependen sus capacidades o su potencial intelectual, pero no seamos hipócritas y digamos también que hay feos y lindos, y que la vida transcurre en la división en distintos grupos. La infancia es una de las épocas más terribles, la crueldad y sinceridad de los chicos juntos causan desastres en las personalidades de lo futuros adultos.

Ser distintos –e insisto que no me refiero a discapacitados-, es una marca. Aquellos que tenemos la suerte de ser “normales” y haber encajado en los grupos más o menos populares debemos estar agradecidos. A raíz del blog de esta chica me preguntaba cómo será sentirse fuera de lo considerado normal. Probablemente no les importe, o a lo mejor sí, y por las noches lloran en sus habitaciones abrazados a su almohada. No me interesa hacer el trabajo de un psicólogo (eso se lo dejo a Ali), pero no parece que esté bien alguien que quiere resaltar aspectos familiares intrascendentes para parecer importante, que se expresa en una forma casi infantil.

Nos burlamos de freaks que sólo en las series de tv son copados y divertidos, en la realidad nos cagamos en ellos. ¿Pertenecer a qué? Queremos que nos vean de una determinada manera, que nos consideren “grosos” o talentosos, agradar, gustar, calentar. A veces es por una cuestión de autoestima -todos queremos sentirnos “lindos”-, pero otras es por la falta de la misma. Como dice la canción de Attaque: “Acostumbrado a buscar, el amor propio por fuera”. La verdad no ofende pero duele, y lo más difícil es enfrentarse a uno mismo.

Pensaba que esta chica deber creer en lo que hace, y ser feliz en su mundo, en su realidad. Pero si hay otra realidad, ¿qué pasará cuando sus planetas choquen? Quizás no ocurra nunca, pero seguro que si pasa va a ser como un big bang y no algo agradable. Tiendo a pensar que sería mejor que alguien la lleve a la tierra de a poco, para que otros no se rían como lo hice yo. Y no es sentimiento de culpa ni nada parecido. Pero creo que a lo mejor todos vivimos inmersos en lo que creemos que somos y lo que queremos ser. Y a lo mejor en eso estamos totalmente perdidos y nadie nos lo dice. Y en una de esas todas estas palabras a modo de reflexión son simplemente pavadas.







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martes, 11 de enero de 2011

La Jauria de la libertad

Desde que anunció su regreso a la música, y la presentación de Jauria, su nueva banda, Demián “Ciro” Pertusi no paró de repetir que su salida de Attaque 77 -luego de estar por más de 20 años al frente de la banda-, se debía a un agotamiento personal, a la búsqueda de la felicidad perdida. En ese verano de 2009 nada hacía prever su alejamiento, aunque repasando Chance, la canción que cierra Karmagedon (2007), el último disco que grabó junto a sus ex compañeros y en el que escribió todas las letras, algo quizás estaba adelantando: “¿Quién fui, soy o seré? ¿Habré cumplido un sueño? Intentando la felicidad a prueba y error. La vida es un momento”.

La muerte de su madre, el nacimiento de su hija al año siguiente y la sensación de ya no disfrutar. Factores que según cuenta Ciro lo llevaron al autoexilio en Méjico, en donde al encontrarse con sí mismo pudo volver a reencontrarse con la música y empezar a armar lo que hoy es Jauría, disco y “superbanda” del rock nacional. Podrá parecer injusto con el resto de la banda que el reflector se pose sobre él, pero fue Pertusi quien desde tierra azteca comenzó a realizar las gestiones y convocar a otros “ex” para que se sumen al proyecto: Ray Fajardo, quien supo golpear los parches del Otro Yo; Esteban Serniotti, ex Cabezones en la guitarra; y Mauro Ambesi, quien tocaba el bajo en De Romanticistas Shaolin´s, banda que supo tener en la voz a otro Pertusi, Federico, el hermano menor de Ciro.

La placa fue dada a conocer este verano con Adiós a Dios, que lleva la firma de Pertusi. No se trata de ningún manifiesto sobre ateismo o religión, sino que parte de un recuerdo de infancia del autor: el día que le colgaron las llaves de su casa del cuello y le regalaron una bicicleta. Y de esa forma tierna como puede ser un niño comienza el tema, con una guitarra limpia arpegiando una linda melodía, hasta que “35 años después” ya no hay ser superior que nos proteja de los avatares de la vida y el clima sube con guitarras en clave punk pop que en algún momento –y solo en alguno- pueden emparentarse con algún trabajo de Attaque, pero quizás por obra del productor del disco, Jim Wirt, quien trabajó con la banda.

El tema que abre el disco, Tren, es una co-autoria entre los hermanos Pertusi, y es casi como una vuelta a aquellos primeros años de rock de dos de los hermanos más prolíficos del punk nacional. Un sobrio punk rock con espíritu ramonero en el que solo desentonan los arreglos de teclado. En el segundo tema, Ascenso, las guitarras se conjugan en buena forma con el piano en una intro de balada que termina rockeando y en donde Ciro da rienda suelta al juego melódico de su voz. “Es ese olor a muerte, de amor que esta muriendo…como todo fin se hizo rogar demasiado, y justo al fin creí no estar preparado…armo mi ascenso y voy subiendo desde aquí, es el fin nada mas certero, nada mas perfecto, amo este momento, comienzo de nuevo”, dice la letra en lo que parece un resumen del momento que vive Ciro.

Pero no todo es introspección y catarsis en la lírica de Jauría. Según el propio Ciro no puede evitar cierta bajada de línea. Así se escucha Tosco, homenaje con fragmento de discurso incluido del sindicalista que fuera uno de los promotores del Cordobazo. Ray acelera el paso y Pertusi proclama: “Compañero fiel ya nunca estarás muriendo en soledad, pues tu sueño es mi sueño de unidad”. Otro de los homenajes, en este caso con letra escrita por Ray –en su rol de baterista compositor ya desarrollado en El Otro Yo-, es El Tiempo, dedicado a María Soledad Rosas, la joven anarquista argentina que se suicidara en Italia mientras sufría prisión domiciliaria acusada injustamente por cargos de ecoterrorismo (se recomienda “Amor y Anarquía” de Martín Caparrós, Ed. Planeta). Fajardo también le pone la firma a temas como Sigue y Morgue Corazón. Por su parte Federico Pertusi le presta a la banda de su hermano Religionaré, viejo tema de De Romanticistas, una declaración romántica de principios libertarios en clave punk rock con buenos arreglos de cuerdas.

En los 16 temas también hay tiempo para el humor. En Austin Ciro se refiere a las cuestiones amorosas: “Una y otra vez, mis monedas en la fuente arrojé, yo siempre confié, ni la de la suerte me quedé”, dice, pero sobre el final de la canción se devela que la decepción llega porque Austin no es hincha de Boca. Ya en Guerra en las Galaxias se vuelve a poner serio y en un estilo punk melódico “a lo Bad Religion” reflexiona sobre el destino del país. “A la conquista de planetas nuevos donde hallar seguridad…No hay constelación privada que hoy lo pueda garantizar”, proyecta en tono apocalíptico y pregunta “¿dónde estamos hoy? ¿Cómo demonios llegamos acá?”

Hacia el final Ciro vuelve sobre la cuestión personal: “A mar adentro me fuí, cuanto más me pierdo ahí más me encuentro, y a la deriva sentir que sin destino el camino es mas cierto”, comienza la letra de Océano Anárquico, y en esa incertidumbre es en la que quiere navegar: “¿Hacia dónde nos llevará el viento esta vez? ¡Que empiece a soplar!”, exclama en la anteúltima canción en la que el riff de guitarra es de lo más destacado del álbum. El último tema del disco lleva en su título y contenido casi la explicación del significado del nombre de la banda, en lo literal y simbólico: La Jauría.

A la hora de teorizar puede pensarse que la decisión de cerrar el disco con el tema que lleva el nombre de la banda, uno de los más intensos, es toda una declaración. Había una gran expectativa sobre cómo sonaría Jauría, que tan parecido a Attaque sería, que aportarían los otros integrantes, que tendría Ciro para decir, etc. Quizás la intención de que el tema cierre el disco en lugar de abrirlo sea que el oyente primero recorriera las sensaciones de cada uno de los integrantes de la jauría para poder llegar a entender de qué se trata. Una intro de batería al palo, riff de guitarra, el grito de “mestizos”, y la idea de “vida en la jauría de la libertad”, una definición que no es poca cosa cuando se trata de personas que vienen de romper con proyectos de larga data.

Integrantes:

Demián Pertusi: Voz y guitarra
Esteban Serniotti: Guitarras
Mauro Ambesi: Bajo
Ray Fajardo: Batería

Lista de temas:

1. El tren
2. Ascenso
3. Indios Kilme
4. Sigue
5. Adiós a Dios
6. Austin
7. Marcha imperial
8. Guerra en las galaxias
9. Morgue corazón
10. Astros bajo el mar
11. Religionaré
12. Shangri-la
13. El tiempo
14. Habla Tosco
15. Tosco
16. Océano anárquico
17. La jauría





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